A la hora de cuidar del ambiente, las nuevas formas de energía son una de las propuestas que más pueden hacer por el futuro. Y es que, frente a las energías contaminantes, estas alternativas son una buena idea para cuidar de nuestro planeta.
En un mundo dominado por el petróleo y la electricidad, en lo que a dependencia energética se refiere, apostar de forma clara por las alternativas menos contaminantes siempre es una buena idea. Estas fuentes de energía renovables tienen la ventaja de generar menos contaminación, ser casi infinitas en cuanto a capacidad de generación y también ser más respetuosas con el medio ambiente. Unas soluciones que conviene conocer, para ayudar a nuestro entorno y dejar de lado las fuentes de energía más contaminantes.
Energías renovables y no renovables
Para entrar en materia, conviene distinguir las energías renovables de las no renovables. Estas energías renovables también se denominan energías alternativas. Entre las fuentes de energía no renovables, tenemos las más tradicionales, tales como el carbón, el petróleo o el gas. Estas energías ofrecieron buenos resultados en su momento y aún lo hacen, aunque a un coste ecológico considerable.
Es lo que ocurre con el petróleo, que sigue siendo imprescindible para mover buena parte del transporte a nivel mundial. Y es que una de las ventajas del petróleo es su polivalencia, ya que permite mover desde turismos a aviones pasando por barcos. Sin embargo, su coste ecológico es muy elevado. Algo parecido pasa si evaluamos las ventajas y desventajas del carbón. Es un combustible abundante y de bajo coste, pero con unos efectos ecológicos y una capacidad contaminante más que considerable.
Por suerte, existen diferentes tipos de energías renovables, que nos ayudarán en el futuro a mantener nuestro estilo de vida de una manera más sostenible. Justamente estas son las fuentes de energía alternativa que analizamos a continuación.
Tipos de energía solar
Empezamos hablando de la energía solar. Como su propio nombre indica, su objetivo es aprovechar la energía del sol para generar electricidad, aunque también es adecuada para obtener agua caliente sanitaria y para calefacción. Entre sus ventajas, se encuentra el hecho de ser una energía limpia y sin residuos, que además es fácil de instalar en cualquier parte. Basta con contar con las correspondientes placas solares, debidamente instaladas. Lo mejor de todo es que, en el caso de la electricidad, la aplicación de la energía es inmediata y sin restricciones. Por tanto, podemos volcar la misma a la red, usarla para alimentar una batería moto o de coche o emplearla para iluminar nuestro jardín.
Otra ventaja de la energía solar es que es fácilmente escalable. Desde la pequeña placa solar que encontramos sobre una farola o una fuente, hasta las grandes instalaciones para obtener energía a gran escala, resulta fácil determinar el tamaño de la instalación conforme a las necesidades específicas de cada usuario. Y lo mejor es que las instalaciones son autónomas, por lo que no necesitan de algo más. Ni siquiera de conexión a la red eléctrica, si esta se encuentra lejos.
Tipos de energía eólica
Otra opción muy interesante y de moda son los tipos de energía eólica que actualmente se están desarrollando. Sí es verdad que no son opciones que puedan aplicarse a nivel doméstico con la facilidad de la tecnología solar, pero a la hora de generar energía en un lugar remoto sí son una buena opción.
Los diferentes tipos de energía generada varían en función del entorno, contando bien con molinos convencionales, marinos o incluso con instalaciones combinadas con instalaciones solares. En el caso de las instalaciones domésticas, esta energía suele ser útil para usos como bombas de agua o para generar energía en zonas muy aisladas, siempre que haya viento suficiente en la región.
La energía de biomasa
Si no te suena el término biomasa pero has oído hablar de las estufas de pellets, entonces estás más informado de lo que pensabas. Este combustible es la última moda a la hora de calentar tu hogar, tanto en términos de economía como por el carácter verde de su origen.
La biomasa, en general, y los pellets, en concreto, proceden de diferentes restos vegetales, tales como el hueso de aceituna, cáscaras de almendras y otros muchos residuos de la agricultura. Por tanto, este combustible valoriza lo que, de otro modo, no sería más que un residuo.
Una vez procesados estos materiales, se extruyen en la clásica forma de pellets, pequeñas bolas de combustible, que se queman directamente en una estufa preparada a tal efecto. El resultado es un combustible mucho menos contaminante que el petróleo o el carbón, fácil de manejar y que incluso tiene un olor agradable cuando se quema.
Lo mejor de todo es que esta energía es apta tanto para calentar tu hogar como para disponer de agua caliente sanitaria, en función del tipo de estufa que tengas. En el mercado existen calderas con ambas funciones, por lo que es fácil encontrar el producto que más te convenga, conforme a las características propias del espacio a calentar y tus necesidades concretas.
Energías exóticas
Dentro de los diferentes tipos de energías renovables existentes, hablamos finalmente de las llamadas energías exóticas. Estas energías son aquellas que mantienen el carácter renovable de su planteamiento, aunque no se encuentran entre las que se usan más habitualmente.
Entre ellas está la energía geotérmica. Esta energía aprovecha el calor procedente de las capas interiores de la tierra para obtener electricidad y calefacción. Una energía que requiere de ciertas inversiones, pero que, a la larga, supone un considerable ahorro en términos económicos y ecológicos.
Otra energía que aprovecha la fuerza de la naturaleza es la que emplea el poder de las olas. Entre las ventajas de la energía mareomotriz se encuentra su capacidad para convertir en electricidad la fuerza del mar, aunque es cierto que tanto por coste como por ubicación es una alternativa no tan fácil de desplegar como las que venimos comentando. No obstante, su futuro también es interesante.
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