¿Qué es la energía solar térmica?

Última actualización: 19.04.24

 

La energía solar térmica se ha convertido en una de las soluciones más interesantes para obtener agua caliente de forma sencilla y ahorrando energía. Una propuesta completa, escalable y que además es relativamente sencilla de amortizar, en términos económicos.

 

Desde el principio de los tiempos, el poder del sol ha sido algo fundamental para el avance de nuestra civilización. Desde los primeros descubrimientos de Arquímedes, aplicados al mundo de la guerra, hasta los más recientes paneles solares térmicos de alta eficiencia, esta tecnología se ha convertido en una gran alternativa a otros sistemas mucho más contaminantes a la hora de disponer de agua caliente sanitaria e incluso de calefacción para nuestro hogar. Para que tengas los conocimientos necesarios para aprovechar mejor los beneficios de esta energía, te desvelamos todos los secretos al respecto.

 

Un poco de historia

Dejando de lado el encendedor de antorchas romano o el rayo de sol de Arquimedes, el primer captador solar térmico de la historia sería la caja caliente de Horace Saussure. Un invento que constaba de una caja de cristal con un interior negro y rodeada de aislante, que alcanzaba en su interior temperaturas de hasta 109 grados. Esta tecnología sirvió para crear los primeros calentadores solares de placa plana, con los que disfrutar de agua caliente con comodidad, constituyendo la base de los actuales sistemas de aprovechamiento de la energía termosolar.

Posteriormente, llegaron inventos como el horno solar para metales de Lavoisier o el destilador de agua marina de Charles Wilson. No obstante, el principal hito en el campo de la energía térmica sería el calentador de agua Climax, de Clarence Kemp. Este producto combina una caja caliente con tanques expuestos al sol. Un sistema que sería usado durante mucho tiempo y con diferentes evoluciones, hasta llegar a los sistemas de captadores solares actuales.

Cómo funcionan las placas solares

El funcionamiento de las placas térmicas que hoy día se utiliza para aprovechar la energía del sol es muy sencillo. Estas placas cuentan con unos cristales de alta calidad, capaces de captar el máximo de rayos de sol y concentrarlos en un interior donde se sitúan diferentes tuberías de cobre. Por el interior de estas tuberías fluye el agua fría que, gracias al poder de la energía fototérmica, se convierte en agua caliente.

Entre las ventajas de este sistema se encuentra el evidente ahorro energético, dado que el uso de electricidad o gas para calentar agua es una de las soluciones menos eficientes. A cambio, el agua caliente solar no necesita de energía externa alguna, permite acumular la misma hasta que la necesites y tiene un rendimiento muy adecuado, gracias al carácter escalable de cualquier central solar térmica que montemos en nuestro domicilio. Recordemos que esta placa solar no requiere de más conexiones que las de fontanería, necesarias para que el agua caliente fluya.

Por cierto, el sistema por el que funciona una instalación solar térmica nos sirve para entender cómo funciona la energía solar. De hecho, este es el mismo planteamiento que usan las placas fotovoltaicas. La diferencia radica en que estas placas no tienen tubos sino colectores solares, unas células capaces de convertir el calor en energía eléctrica con eficiencia. A medio camino entre ambas, tenemos las placas mixtas, que son útiles para usos de energía solar térmica y fotovoltaica.

Otra aclaración importante antes de seguir: aunque pueda parecer lo mismo, no se deben confundir las placas solares térmicas con aquellas que funcionan mediante un sistema de fototermia. Frente al calentamiento directo del sol en los sistemas térmicos, los sistemas de fototermia captan energía eléctrica a través de las placas y la emplean para calentar el agua mediante un sistema de termo y resistencia eléctrica tradicional. 

 

Aplicaciones de las placas solares térmicas

Una vez que conocemos el funcionamiento de las placas solares para calentar agua, es momento de saber qué podemos hacer con esa agua caliente. La misma cuenta con dos aplicaciones principales: agua caliente sanitaria y agua caliente para calefacción.

Empezando por el uso para ACS, la verdad es que ya hemos dejado caer cómo funciona el sistema, que no ha cambiado mucho en su planteamiento desde los tiempos del viejo calentador Climax. La idea es lograr una alta concentración de energía térmica tanto en la zona de la placa solar como por la que fluye el agua. También interesa calentar el depósito de almacenamiento, del que sale el agua que alimenta nuestros grifos. Por cierto, si tienes una finca y quieres disfrutar de esa agua caliente sin problemas, basta con hacerte con una ducha portátil 12v, que puedes conectar directamente al mechero de tu coche y al depósito de las placas solares, siendo una solución sencilla y una prueba de la utilidad de estas placas.

Respecto de la calefacción con placas solares, el principio aplicado viene siendo el mismo, aunque generalmente se incrementa el tamaño de los depósitos de agua, a fin de disponer de más energía durante la noche. La principal diferencia es la aplicación del agua caliente, que en este caso se conecta a un sistema de radiadores o incluso a un suelo radiante. Esta última propuesta es la opción más conveniente para calentar tu hogar con un consumo reducido y sin molestias, gracias a la alta transmisión del calor que ofrece el agua al recorrer este circuito.

Haciendo cuentas

Si has llegado hasta aquí y te interesa saber si este sistema te interesa para tu hogar, lo mejor que puedes hacer es ponerte en manos de profesionales y pedir un presupuesto adaptado a tus necesidades. Lo que sí que podemos decirte son los beneficios que te aporta este sistema, en lo que al ahorro se refiere.

La principal ventaja de un sistema solar es que, una vez realizada la inversión, apenas hay mantenimiento en muchos años. Otra ventaja es que no hay combustibles que quemar ni contaminación. Además, el sistema es independiente, así que solo dependes del poder del sol. Este es el único inconveniente, tener que depender del sol para contar con agua caliente.

La cuestión más interesante para montar uno de estos sistemas es que, en la actualidad, existen diferentes líneas de subvenciones con las que cubrir parte del coste de la instalación o acceder a créditos blandos para estas placas solares. Dado que estas ayudas dependen de las comunidades autónomas, basta consultar qué tienen para ofrecerte a la hora de montar una de estas instalaciones.

 

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