Trucos para que no huela a gas una estufa

Última actualización: 06.05.24

 

Una estufa a gas puede hacer que tu hogar sea cálido y acogedor, ya que te permite calentar eficientemente el ambiente, lo que resulta muy útil durante el invierno o si vives en una zona montañosa, fría y húmeda durante todo el año. Sin embargo, con el tiempo de uso, puedes notar un olor desagradable que sale de la estufa, lo que podría tener diferentes causas.

 

A pesar de los muchos competidores de la estufa de gas, esta sigue siendo la preferida de muchas personas. Su facilidad de uso, su bajo coste y sus prestaciones en cuanto a potencia la convierten en la mejor opción para calentar habitaciones. Sin embargo, el gas sigue siendo una fuente de energía peligrosa que debe usarse con cuidado, por lo que es importante saber diferenciar entre un olor a gas posiblemente peligroso o un olor que parte solo del funcionamiento normal del equipo. Veamos los principales problemas que presentan estos aparatos.

 

Mal olor al poner en marcha la estufa

Durante el primer encendido de cada estufa, el calor de la combustión provoca la liberación de materiales volátiles que están presentes en el revestimiento interior de la estufa, ya sean lubricantes, juntas y recubrimientos de la superficie, lo que causa la expulsión de un olor similar al gas.

Sin embargo, este es un proceso totalmente normal que dura entre 4 y 5 horas desde el momento en que la temperatura de combustión ha alcanzado el límite. En este caso, es recomendable no permanecer en la habitación mientras la estufa está encendida y abrir todas las ventanas para favorecer la disipación del olor. Es necesario mencionar que este olor se elimina al poco tiempo, por lo que no requiere acción adicional por parte del usuario.

Mal olor después de un largo periodo en desuso

Las estufas a gas que no se han utilizado durante mucho tiempo, por ejemplo, después de la temporada de calor, pueden desprender olores durante la fase de encendido, lo que se debe principalmente a que en el depósito se encuentran partículas de polvo y otras suciedades que, al calentarse la estufa, se comienzan a quemar y pueden desprender ciertos olores similares al gas. Sin embargo, este olor es normal y disminuye al poco tiempo. En caso de que no suceda, entonces la causa del mal olor puede ser una fuga.

 

¿Cómo detectar una fuga de gas en una estufa?

En la mayoría de los casos, el olor del gas es el que da la primera advertencia. Si la fuga de gas es significativa, también puedes escuchar un leve silbido que te ayudará a localizar la fuga con mayor exactitud. Tan pronto como detectes el olor a gas, tienes que aplicar algunas precauciones, ya que esto podría representar un peligro real en un corto periodo de tiempo.

En este sentido, debes evitar encender las luces y no tocar ningún dispositivo eléctrico que pueda producir chispas, incluyendo el teléfono móvil. Después, es necesario verificar que la perilla del gas está cerrada y, si no lo está, debes cerrarla inmediatamente. Ahora, tienes que abrir las ventanas y salir de la habitación. Si la fuga de gas te parece demasiado significativa, entonces debes alertar a tus vecinos y llamar de inmediato a un ingeniero de calefacción profesional. De cualquier manera, es recomendable evacuar la casa lo más rápido posible.

¿Cómo limpiar una estufa de gas?

1. Agua y jabón

Entre los trucos para que no huela a gas una estufa, está su limpieza periódica usando agua y jabón con un cepillo de limpieza, un paño de cocina y una esponja. Para comenzar, debes usar el cepillo para remover cualquier residuo seco que se encuentre en su estructura, pero sin arañar el material. En caso de que la suciedad esté muy incrustada, puedes agregar un poco de agua y jabón en la superficie.

Para garantizar un óptimo funcionamiento, debes prestar atención a las salidas de combustible y limpiarlas en caso de ser necesario, ya que esto podría evitar que el gas fluya correctamente, causando el molesto olor a gas proveniente de la estufa. En lo que se refiere a la superficie interna de la estufa, es necesario frotar el paño humedecido en agua y jabón líquido sobre las paredes para remover el polvo, telarañas y cualquier otra suciedad. Al finalizar, debes deslizar repetidamente la esponja humedecida con agua en toda la estufa para quitar los residuos de jabón y garantizar una óptima limpieza.

 

2. Bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno

Si te preguntas cómo deshacerte de las manchas en la rejilla de la estufa, entonces debes realizar una mezcla con un poco de agua, bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno hasta conseguir una especie de pasta. Ahora, debes untar un cepillo de dientes con esta pasta y limpiar toda la rejilla, lo que ayudará a eliminar las suciedades incrustadas y los posibles malos olores.

 

3. Vinagre blanco

Si tu estufa de butano huele mucho, entonces el vinagre blanco puede ser la mejor opción para limpiar su superficie y eliminar el olor a gas butano. En este sentido, si estás seguro que el olor no parte de una fuga de gas y deseas suprimirlo sin mucho esfuerzo, debes mezclar una parte de vinagre blanco con dos partes de agua y rociar la solución en la rejilla y las salidas de calor de la estufa. Por otro lado, si deseas que tu estufa adquiera un olor menos intenso, puedes optar por el vinagre de sidra de manzana que tiene un aroma más suave, pero es igual de eficiente en estos casos.

¿Cómo prevenir fugas de gas?

El uso de gas requiere un mantenimiento minucioso de la estufa, por lo que es imprescindible revisar y cambiar el tubo de alimentación con cierta regularidad para garantizar su óptimo funcionamiento. La fecha de cambio, por lo general, la indica el manual del equipo.

También, es importante comprobar periódicamente el estado de los quemadores, especialmente si tienes una estufa de llama azul que huele a gas, ya que las ranuras por las que sale el fuego podrían ser más delicadas en comparación a otros equipos. Por otro lado, es recomendable cerrar la válvula de entrada de gas y limitar el riesgo de fugas cuando la estufa no está en funcionamiento.

En conclusión, es necesario mencionar que una estufa a gas no solo representa un riesgo de explosión, sino también de asfixia por monóxido de carbono, por lo que si tu estufa emite olor a gas constantemente, incluso después de limpiarla, entonces debes recurrir a un profesional capacitado para revisar el equipo y realizar un diagnóstico más preciso.

 

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