¿Cuál es la temperatura óptima en una caldera de condensación?

Última actualización: 18.04.24

 

Las calderas de gas de condensación son una gran herramienta para ahorrar energía en casa y elegir la temperatura de calefacción que más te convenga. Si lo haces correctamente, no solo ahorrarás dinero, sino que también ayudarás al medio ambiente.

 

Uno de los mayores placeres del invierno es llegar a casa y disfrutar de un entorno caliente y agradable. Una tarea en la que disponer de una buena calefacción es fundamental. Para ello, dispones de opciones como las calderas de condensación. Estos sistemas ahorran energía y consumen menos que otras opciones más caras, especialmente las que funcionan con electricidad.

Sin embargo, para lograr estos ahorros sin renunciar al confort, es importante que ajustes la temperatura de la caldera a tus necesidades reales. De nada sirve tener el equipo más eficiente del mercado si luego seleccionas la temperatura máxima de la caldera de calefacción sin motivo. Esto nos lleva a preguntarnos cuál es la temperatura más adecuada, que es justo lo que trataremos a continuación.

Cómo estimar la temperatura adecuada

En general, para que los radiadores sean eficientes, la temperatura a la que debería estar el agua que circula por ellos sería de unos 60 grados como máximo. Esta sería la temperatura de referencia para los días en los que haga más frío. La temperatura de salida recomendable, en condiciones normales, se situaría en unos 50 grados aproximadamente.

Este sería el rango de funcionamiento para unos radiadores normales, de 50 a 60 grados. Pero si tienes radiadores de baja temperatura, entonces basta con que el agua circule a una temperatura de 35 a 40 grados aproximadamente. Como vemos, la reducción térmica de estos modelos es considerable, lo que también se traduce en un buen ahorro energético.

De todos modos, las temperaturas que estamos comentando son las de la salida de caldera y del agua, que influyen en la que los radiadores generan en el hogar. Si nos referimos a la temperatura ambiente de la vivienda, el rango óptimo de la temperatura ideal en casa se sitúa entre los 19 y los 21 grados, según los expertos. En el caso de los dormitorios y durante la noche, dicha temperatura sería de 15 a 17 grados. Así que, si lo prefieres, puedes ir jugando con la temperatura de la caldera para lograr esa temperatura ambiental óptima. 

 

¿Por qué es importante la temperatura?

Conocer la temperatura ideal en la calefacción es clave por dos motivos. Uno de ellos es por cuestiones de comodidad. Si tu vivienda se encuentra a la temperatura adecuada, no pasarás frío ni tampoco calor. Ojo, porque la temperatura óptima en casa no implica ir por casa en manga corta en pleno mes de enero, sino a tener una temperatura adecuada a las condiciones del entorno. Si tu casa está a 30 grados, no se encuentra a una temperatura adecuada. Y la prueba es que si sales a la calle en esas condiciones tienes todas las papeletas para cogerte un resfriado.

El otro motivo es el gasto energético. La calefacción del hogar es uno de los elementos que más energía consume en casa y, aunque las calderas de condensación son muy eficientes, también deben usarse correctamente. Así que, si apuestas por esa temperatura de confort en casa en invierno, no gastarás más energía de la necesaria en calentar tu hogar. Algo que no solo ayuda al medio ambiente, sino también a tu bolsillo.

Otros consejos para ahorrar energía

Llegados a este punto, ya conoces todo lo que deberías saber para ajustar la temperatura de la calefacción en tu hogar y ahorrar energía en el proceso. Pero ese ahorro no acaba solo aquí, puesto que hay otras cosas que puedes hacer para incrementarlo: 

Mantener una presión adecuada: La presión de agua es un elemento clave para ahorrar energía. Si la misma se sitúa dentro de los parámetros óptimos, sobre 1 a 1,5 bares, la caldera funcionará mejor, la bomba no tendrá que hacer esfuerzos y la pérdida de calor durante el recorrido del agua será menor.

Instalar válvulas termostáticas: Estas válvulas, junto con los cabezales correspondientes, tienen la capacidad de ahorrar del 8 al 13% de la energía que se usa en la calefacción. Estas válvulas permiten cerrar o abrir el flujo de agua de forma automática, dependiendo de la temperatura propia de los radiadores. Así que, si no hace falta calentarlos más, el agua pasa de largo y va a donde se necesita.

Purgado de los radiadores: El purgado de los radiadores es fundamental para mantener el funcionamiento correcto del sistema. La presencia de aire en el circuito causa problemas e incrementa el consumo de energía, por lo que no debes olvidar de realizar ese purgado una vez al año. Esta tarea siempre debe hacerse antes de empezar el invierno y con la caldera apagada.

Deja espacio a los radiadores: Como su propio nombre indica, los radiadores están pensados para irradiar calor alrededor de la zona donde se instalan. Por tanto, es necesario dejar a su alrededor el espacio necesario para que el calor salga del radiador y se mezcle por la estancia. Por eso, debes quitar los muebles que tengas pegados o muy cerca del radiador, evitando colocar sobre el mismo ropa o cualquier otro objeto innecesario.

Instalar un termostato inteligente: Como último consejo, te recomendamos que valores comprar un termostato inteligente. A diferencia de los termostatos convencionales, estos tienen la ventaja de ser autónomos en su funcionamiento y aprenden de tu vida diaria. Por lo tanto, saben cuando estás en casa y cuando no, adaptando el rendimiento de la caldera a tus necesidades concretas. Una solución ideal para ahorrar el máximo de energía y, además, optimizar las sensaciones agradables en tu hogar.

 

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